Su estilo musical fuertemente influenciado por el
romanticismo del siglo XIX lo llevó a mantener distancia de los compositores
modernistas argentinos, como por ejemplo Alberto Ginastera. Dicho aislamiento
de los movimientos modernos y vanguardistas, así como su éxito al crear una
música nacional atractiva empleando un lenguaje romántico, le convirtieron en
un modelo para la generación de autores de música popular y folclórica
argentina de 1960, quienes aplicaron muchas de las innovaciones de Guastavino
en su propia música.
Carlos Guastavino estudió en Santa Fe con Esperanza
Lothringer y Dominga Iaffei, así como en Buenos Aires con Athos Palma. Siendo
un talentoso pianista, interpretó sus obras para piano en Londres en 1947, 1948
y 1949 invitado por la BBC, y como receptor de una beca del British Council.
Durante este periodo, la Orquesta Sinfónica de la BBC estrenó una versión
orquestal de sus Tres Romances Argentinos. Posteriormente, en 1956,
Guastavino realizó una gira por la Unión Soviética y China interpretando sus
piezas para voz y piano.
El estilo de Guastavino reveló una clara afinidad
con las ideas de los compositores nacionalistas argentinos del siglo XIX, sobre
todo Alberto Williams y Julián Aguirre. La afinidad con la manera íntima y
delicada de Aguirre es especialmente evidente. Como Aguirre, el tratamiento de
Guastavino de los "temas folclóricos"" nunca parece forzado,
sino siempre natural. Así, el espíritu popular de las melodías y ritmos
folclóricos originales se mantiene intacto y fresco, incluso en momentos de
elaboración rítmica, armónica y contrapuntística más complejos.
Guastavino compuso una gran cantidad de obras
para voz y piano, más de 150 canciones, así como numerosas obras para piano
solo, partituras corales, canciones escolares y música de cámara. Empleó poemas
de Rafael Alberti, Atahualpa Yupanqui, Pablo Neruda, Gabriela Mistral y Jorge
Luis Borges, entre otros, así como textos propios y otros anónimos. Sus obras
orquestales incluyen un Divertimento, el ballet Fue Una Vez...
(estrenada en el Teatro Colón de Buenos Aires, en 1942) y la Suite Argentina,
presentada en Londres, París, Barcelona y La Habana por el Ballet Español de Isabel
López. También escribió tres sonatas para guitarra sola.
Guastavino recibió importantes premios y
reconocimientos a través de su vida, tales como el Premio Municipal de la Ciudad
de Buenos Aires por sus canciones de cámara, un premio del Ministerio de
Justicia de Argentina, un premio de la Comisión Cultural de Santa Fe por sus
canciones, el premio de la revista Vosotras por su Canción de Navidad y un
premio de la OEA en conjunto con el Consejo Interamericano de la Música como
reconocimiento a su notable creación.
Las canciones “Se equivocó la paloma” y “La rosa
y el sauce” están entre sus composiciones más conocidas.
Varios intérpretes de reputación, tales como Teresa
Berganza, Martha Argerich, Gidon Kremer, José Carreras, Kiri Te Kanawa, Bernarda
Fink, Patricia Caicedo, Raúl Giménez, Jorge Chaminé, Agathe Martel, Karina
Gauvin, programan en sus recitales obras de Guastavino.
El Gran Jurado de los premios Konex 2009 eligió
como Konex de Honor, destinado a personas de sobresaliente relieve fallecidas
en la última década a Carlos Guastavino y a Mauricio Kagel.
En
un medio de desorientación y rumbos perdidos, de búsquedas desesperadas, entre
tanto talento simulado, entre tanto improvisado innovador, entre tanta
pretendida incomprensión, se oye en el ambiente musical argentino una voz
serena e imperturbable y un canto purísimo: es la inspiración de Carlos
Guastavino que permanece fiel a la música en su emotividad y lirismo y que para
emocionar no necesita despliegues espectaculares o deformaciones patológicas
sino una simple y clara melodía siempre inconmovible y presente en el tiempo.
Este es el milagro del músico sincero, cuya autenticidad ha hecho que sus más
pequeñas obras tengan futuro. Hace ya veinticinco años se oyeron por primera
vez "Pueblito mi pueblo", "Se equivocó la paloma", La rosa
y el sauce", "Bailecito" y tantas, tantas otras obras más que no
pasaron con la moda del momento sino, al llevar en sí la voz interior de este
músico sensible a su medio y capaz de expresarlo, han quedado permanentes y
formarán parte de las buenas cosas que produce el espíritu de nuestro país.
Carlos Vincent
(seudónimo de Carlos Guastavino) / Extraído de "La Guía de la Música
Argentina" editada por el Instituto Lucchelli Bonadeo en 1971
OBRAS
Asombrado
descubro que en mi catalogo existen alrededor de trescientas cincuenta obras.
(Carlos Guastavino, 1992)
Su vasta obra, la cual aún no cuenta con un
catálogo definitivo, se reparte en obras para piano, guitarra, música de cámara
para diversas formaciones, obras para orquesta, coro a capella o con piano y
una enorme cantidad de canciones para voz y acompañamiento. Además es notable
la cantidad de arreglos de obras ya existentes para otras formaciones.
Una amplia mayoría de su obra es para ser
cantada. Guastavino amaba la voz, y amaba cantar. Es por ello que cuando
incluso escribió para piano lo hizo de un modo “coral”, polifónicamente.